Era yo muy joven cuando la pequeña de ojos claros, Susana,
la tierna niña del señor Moulian, tenía mi sexo en su boca, alimentándose
hambrienta, después de un ayuno de catorce años. Sin terminar el acto, con
mucho deseo sin saciar, llego su madre Liona Carletti y nos sorprendió en
nuestra velada romántica, la invite con nosotros, le dije que también podía
hacerme sexo oral, hicimos un trió de bestias esa noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario